Lo que hoy conocemos como Fundación VAS no nació en una reunión de planificación, sino en el corazón de un hombre sensible a la voz de Dios. Mario Bloise, fundador del Proyecto Valles Calchaquíes, recorría años atrás los caminos del norte salteño sin detenerse. Fue entonces cuando una pregunta de parte de Dios marcó un antes y un después: “¿Y si entrás alguna vez a ver lo que pasa en los pueblos?“.
Al hacerlo, descubrió una realidad profunda: personas con necesidades espirituales y físicas urgentes. Casas humildes, niños desnutridos, educación deficiente y una comunidad invisible para muchos. Frente a ese dolor, nació una convicción: debíamos volver. Y volver cada año.
Desde entonces, y durante más de 18 años, cientos de voluntarios —estudiantes, profesionales como médicos, odontólogos, constructores y líderes— han recorrido los pueblos de los Valles Calchaquíes, llevando no sólo asistencia, sino el mensaje del Evangelio. Lo que comenzó como un primer viaje en una camioneta junto a tres personas ( una de ellas un médico), se transformó en una misión con impacto regional.
Desde entonces y cada año, distribuimos alimentos, ropa, medicamentos. Hemos proyectado la película “Jesús” en parajes donde nunca había llegado el cine. Llevamos computadoras a escuelas rurales, construimos viviendas, pintamos aulas y sembramos comunidad. Cada año, dos camiones colmados de ayuda partían rumbo a los Valles, como símbolo de una promesa cumplida.
Nuestra visión no se detuvo ahí. Dios nos animó a desarrollar el Proyecto Valores al Servicio, una campaña realizada en universidades argentinas con el propósito de fomentar valores que modeló Jesús e interactuar con estudiantes para saber qué importancia le están dando y desafiar a vivirlos en la práctica. Esto con el tiempo estableció las bases para la creación de la Fundación VAS como un brazo de ayuda social y humanitaria pero principalmente espiritual de Cru Argentina.
Hoy, continuamos con la obra que inició primero en el corazón de Dios. En los últimos años ampliamos nuestra cobertura de alcance para llegar a más personas en más lugares y seguir transitando por este camino de fe, servicio y transformación socio-espiritual.
Todo comenzó con un camión de juguete entregado a un niño, una mirada emocionada y una pregunta sencilla: “¿Van a volver?”. Nuestra respuesta fue —y sigue siendo— sí.
Porque creemos en un Dios que transforma. Porque creemos que cuando alguien se entrega con fe y compromiso, puede ser parte de una historia más grande.
Esa es nuestra historia. Y queremos que sea también la tuya.